El blog de Jaizki

12 abril 2006

El hábito de la voluntad

Hace un mes hice referencia en Busco una explicación al artículo El futuro fue ayer de Jesús Vega. La explicación que buscaba era por qué con este artículo no había habido término medio en las votaciones de la entrada donde lo había publicado en RichDadClub.es. En el momento que lo publiqué, había seis votos con 5 -la máxima puntación- y tres con 1 -la mínima-. A día de hoy, hay nueve votos con 5, tres con 1, uno con 2 y otro con 4, pero ni un solo voto con la puntación media.

Svet hizo un comentario muy interesante sobre lo bueno de que el artículo generase amor u odio, pero no dejase indiferente. Hoy he leído otro artículo de la misma temática que quizás no cause el mismo efecto pero que me ha parecido interesante, se trata de El hábito de la voluntad de José María Romera, publicado en El Correo. Incluyo tres de sus párrafos a continuación:

Cuando dos personas coincidentes en la persecución de un mismo objetivo que comporta cierto esfuerzo o sacrificio -el dejar de fumar, por ejemplo- se encuentran al cabo del tiempo, y una de ellas declara haber alcanzado la meta mientras que la otra ha fracasado en el empeño, es frecuente que esta segunda comente, entre acomplejada y fatalista: «Es que tú tienes mucha fuerza de voluntad. No sabes la envidia que me das». Al decirlo así, da a entender que considera la voluntad un don innato, recibido sólo por ciertos privilegiados. Como a él no le ha tocado esa suerte, sobreentiende que no sólo juega en desventaja, sino que está libre de responsabilidad. Ha fracasado, pero no es su culpa.

Pero la voluntad es otra cosa. Contra la imagen determinista y a la vez virtuosa que daban de ella los moralistas antiguos, la voluntad se acerca más, como indica el filósofo José Antonio Marina, a un hábito alcanzado mediante el aprendizaje. Desarrollar la voluntad consiste en contraer 'hábitos de querer', aunque parezca una paradoja, porque querer no es solamente cuestión de deseos impulsivos, sino de capacidades y tendencias adquiridas mediante la educación.

(...) Ni virtud ni privilegio. El nuevo concepto de voluntad se aleja de la idealización heroica tanto como de la mortificación masoquista. Así planteada, la voluntad deja de ser una virtud de superhombres y supermujeres para convertirse en una costumbre de personas inteligentes, algo disciplinadas y suficientemente autónomas. Cuando la voluntad se echa a andar, pronto encuentra sus aliados, el no menor de los cuales es la satisfacción de actuar al dictado de la libertad.

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8 comentarios:

  • Muy interesante el artículo, Jaizki.

    Efectivamente la voluntad, como el resto de facultades (o potencias) del alma, hay que educarlas. Y una dosis adecuada de cada una de ellas nos hace "más personas". A veces cuesta llegar a asimilar que hay que ser un corredor de fondo si se quiere llegar a ciertas metas.

    Una aplicación práctica de todo esto, o al menos de parte, podría ser tu referencia del post de hoy en RichDadClub.es donde dices que "por ir a pasar la mañana del domingo jugando al CASHFLOW 101 no se va a producir un milagro"...

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 12/4/06 23:28  

  • Gracias por comentar Alvaro.

    Efectivamente este artículo tiene mucho que ver con mi entrada en RichDadClub.es.

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 13/4/06 12:38  

  • Inobjetable. Si se aplicase en el ejercicio de la política no habría tantos problemas sociales. Esto lo digo porque estimo que eres un hombre de argumentos que sobrepasan ese 'tema' con las ventajas que ello conlleva. Hay muchísimos casos de políticos que son 'de ciencias', que siempre me han gustado aunque no las haya estudiado como debiera, precisamente por eso, por errónea falta de voluntad.

    Por Blogger JC. Fecha y hora: 17/4/06 01:02  

  • Muchas gracias por comentar, Avanti.

    Por supuesto, aplicar esto a la política tendría consecuencia muy positivas. Y aún tendría mejores consecuencia si todos los aplicásemos en nuestras vidas. Dejarlo en manos de otros va contra la propia idea que defiende el artículo.

    En cualquier caso, a los políticos no hay que negarles voluntad para llegar hasta donde están. Desde luego, ascender en un partido requiere determinación y enormes tragaderas.

    En cuanto a lo de que haya políticos de ciencias, no creo que las carreras de ciencias exijan mayor voluntad que las de letras. Yo soy ingeniero en informática y me sentiría incapaz de estudiar derecho. Supongo que depende de los intereses y habilidades de cada uno.

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 17/4/06 12:07  

  • Este tema está relacionado con otro que me afecta a mi y a otros bloggers, como por ejemplo Enrique Dans, la PROCRASTINACIÓN. Osea, la falta de voluntad decidida en empezar algo y acabarlo.

    Efectivamente, la voluntad se aprende con método, con constancia y perseverancia. En definitiva, con orden personal. Siendo así, no procrastinaríamos y seríamos 100% eficientes, pero ¿seríamos humanos?

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 17/4/06 12:34  

  • Yo lo veo relacionado con la mejora personal. Si hay cosas que no te gustan, no digas que no tienes fuerza de voluntad para cambiarlas. Toma decisiones todos los días para acercarte un poco más a lo que deseas.

    Cada cosa requerirá voluntad, tenerla para una cosa no significa tenerla para todas.

    Y, en cualquier caso, procrastinar es un mal que se ha agravado debido a la sobreabundancia de estímulos. En el pasado, con menos cosas en las que entretenerse, la gente procrastinaba menos. Y eran completamente humanos. Fuera de las TI quedan todavía muchos de esos.

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 17/4/06 14:03  

  • A mi juicio una cosa es la fuerza de voluntad, otra la buena (o mala) voluntad y, más aún, la voluntad como una elección personal, las ganas o deseo de hacer algo.

    A los políticos les podemos criticar su buena o mala voluntad (a pesar de que tiene que prevalecer el principio de presunción de inocencia... o presunción de buena voluntad), y a las víctimas de la procrastinación la falta de cualquiera de los otros "tipos" de voluntad, ya sea por pereza, desidia o flojera. La "falta de voluntad decidida" de la que habla Enrique para mi es falta de ganas (o de interés real en algo), sin más, y no es un mal, sino una libre elección.

    En cuanto al "aprendizaje de la voluntad", también disiento de Enrique. La voluntad no se aprende, se ejercita, en función de la voluntad (la buena, no la fuerza) que cada uno tenga en llevar a buen puerto un tema. El 100% de efectividad no sólo es inalcanzable, sino indeseable!

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 17/4/06 20:44  

  • Yo me quedo con la definicón que da el artículo de voluntad como "un hábito alcanzado mediante el aprendizaje". Una decisión tomada una y otra vez hasta que se convierte en un hábito.

    En ese sentido, veo compatible procrastinar en unas cosas y tener voluntad en otras. Porque las decisiones pueden ser diferentes para diferentes partes de nuestra vida.

    Lo importante, es saber que no es un don del cielo que nos libere de toda responsabilidad cuando no lo tenemos. La voluntad para cada cosa la ganamos repitiendo nuestra decisión conscientemente. Así que no podemos poner disculpas, si queremos cambiar, está en nuestra mano.

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 17/4/06 23:32  

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