El blog de Jaizki

27 diciembre 2005

Urbanidad

La idea de Julen sobre eliminar la gerencia ha provocado un intercambio de comentarios que me han obligado a hacer una pausa y reflexionar sobre los temas tratados, en concreto, ha sido la palabra urbanidad la que ha ido resonando cada vez con más fuerza en mi cabeza. ¿Puede ser todo tan simple? Quizás sí.

Yo me he empeñado en defender la necesidad de la gerencia por mi desconfianza a la respuesta de una parte de los empleados al desaparecer esa figura. Sigo pensando que en ausencia de gerencia los empleados se dividirían entre los que seguirían trabajando sin querer responsabilidades, los que asumirían el hueco dejado y los que se escaquearían de trabajar y de tomar decisiones.

Sin embargo, Julen me ha obligado a reparar en que las regulaciones externas no sirven para que la gente asuma comportamientos y exigen una inversión notable en recursos para garantizar su cumplimiento. Si es cierto que la regulación externa no es eficaz y los empleados no tienen un convencimiento propio que les lleve a trabajar sin esa regulación. ¿Qué solución hay?

Julen propone crear las condiciones para que ese convencimiento aflore y pone como ejemplo las diapositivas de Hans Monderman respecto a su concepto del tráfico. A grandes rasgos, lo que propone Hans Monderman es reducir la señalización en zonas urbanas provocando una buscada ambigüedad que obligue a peatones, ciclistas y conductores a negociar el derecho de paso por contacto visual. Para un mayor detalle recomiendo el artículo “Roads Gone Wild” en Wired y una entrada anterior del propio Julen sobre el tema aplicado a las empresas.

¿No es esto en el fondo urbanidad? Si somos educados en el respeto a los demás y la importancia del trabajo bien hecho, ¿necesitaremos regulaciones externas? Seguramente no.

Creo que la creciente necesidad de legislar deriva de una educación cada vez más laxa en la que el respeto a los demás llena las bocas de políticos y educadores pero ha perdido el sentido que tenía antaño. Por no hablar de la satisfacción del trabajo bien hecho, que hace tiempo que dejó de ser un valor en sí mismo en una sociedad que vitorea el pelotazo y el dinero obtenido sin esfuerzo.

¿Cuál es entonces la solución? Yo creo que sólo una educación completamente distinta podría conseguir a medio-largo plazo una sociedad en la que la necesidad de reglas fuese mucho menor. Sin embargo, soy muy pesimista respecto a la posibilidad de que eso llegue a ocurrir.

En cualquier caso, aún hay gente que siente la satisfacción del trabajo bien hecho, gente que no necesita que le persigan para hacer las cosas bien, gente con la que se podría montar esa empresa sin gerencia que propone Julen. Pero, me temo que sigo sin ver la desaparición de la gerencia como una opción para la inmensa mayoría de las empresas. ¿Serviría de algo dar cursos de urbanidad a los empleados?

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3 comentarios:

  • Me temo que habría que empezar por dárselos a los empleadores :)
    Al final parece que andamos teorizando alrededor del superhombre nietzscheriano sin miedo a su libertad y plenamente responsable de sus actos. Pero bueno, hay que ser optimistas...

    Por Blogger LibertaCom. Fecha y hora: 27/12/05 17:14  

  • Quizás si, pero en el tema concreto de la urbanidad, creo que no hace mucho todavía quedaba algo. Recuerdo los tratos que hacía mi padre con un apretón de manos y que valían más que cualquier contrato de doscientas hojas.

    Por Anonymous Anónimo. Fecha y hora: 27/12/05 20:32  

  • Otra idea que quizá no hemos manejado es la de encontrar significado en el propio trabajo. Me paro porque me acelero, pero os recomiendo leer alguna cosa de Karl E.Weick, si tenéis oportunidad.
    Salud.

    Por Blogger Julen Iturbe-Ormaetxe. Fecha y hora: 28/12/05 09:07  

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