10 marzo 2006
Desaparición furtiva
Quiero pediros disculpas a los que tenéis la paciencia de leerme por mi desaparición furtiva de los últimos días. También a todos los que estabais acostumbrados a mis comentarios en vuestros blogs y hayáis notado mi ausencia. Durante diez días he dejado de leer blogs para replantearme mi situación de adicción a los mismos.
Como ya comenté a la vuelta de mi viaje, en ¿Qué sentido tienen las rutinas?, el regreso a mi día a día fue bastante deprimente, sobre todo por lo inesperado del topetazo con la realidad.
Mi situación actual, disfrutando de un -espero que largo- periodo sabático, ha coincidido en el tiempo con mi incursión en la blogosfera conjugándose ambas circunstancias con dramáticas consecuencias. En poco tiempo pasé de leer a Enrique Dans y para de contar, a tener más de cien blogs en mi blogroll -lista de blogs a los que estoy subscrito-. Se dice pronto, pero leer las entradas diarias en esos blogs más sus correspondientes comentarios -muchas veces mejores que las propias entradas- suponían una cantidad de horas ingente imposible de compatibilizar con una vida normal, suponiendo que la mía pueda calificarse así -lo dudo-.
La sensación de acabar los días con tareas pendientes por no poder mantenerme al día con mis rutinas, entre ellas la lectura de la blogosfera, me resulta ciertamente desasosegante. Compadezco a Mr. Andorra por pasar por lo mismo.
Pepe Cervera hacía referencia en su Defensa del periodismo amateur a la reflexión del cómico Jerry Seinfeld sobre lo muy sorprendente que es que cada día ocurran en el mundo exactamente el número de noticias necesario para llenar un periódico.
Por supuesto, eso no es así, pero hace unos años para mí leer el periódico cada día era una especie de seguridad de estar informado de todo lo relevante que pasaba, sin embargo, cuando entré en la blogosfera fui cayendo atrapado por la tentación de abarcar más y más.
Tengo un problema serio con la información, soy completamente adicto a ella, pero mi mayor problemas es que me interesa todo. Cuando leí la entrada de Albert sobre intentar lidiar con la infoxicación, comentando que el RSS deja de tener sentido cuando hay tanta información y el futuro pasa por los filtros, me di cuenta de que tengo un futuro muy negro. Para mí cualquier información es interesante, me da lo mismo leer sobre el experimento de la doble rendija que sobre cómo conseguir financiación de un Business Angel, mi interés por la información no viene de un propósito de utilización práctica de la misma, sino del simple interés por conocer.
Por eso tengo que recurrir con cierta frecuencia a una genial frase del filósofo inglés Karl Raimund Popper.
Supongo que para algunos será una justificación para resignarse a la ignorancia, para mí es una freno a la vanidad que me hace creerme capaz de abarcarlo todo. En ese sentido, me ha venido bien leer el artículo El conocimiento ha muerto, viva las redes sociales de Andrés.
Aunque con ciertos matices, debo reconocer que hay mucho de cierto en esa afirmación. Por eso quizás sea más importante cultivar el aspecto social de mi presencia en la blogosfera que el aspecto de adquisición de conocimiento. Al final, saber de todo, aparte de venir bien para el Trivial y hacerte quedar como un pedante de cuidado de vez en cuando, no sirve más que para ser el más culto del cementerio -no confundir con inteligente-.
Por eso he metido tijera a mi blogroll y me he quedado con los blogs de aquellos con los que he ido generando una cierta confianza a base de intercambio de comentarios, gente interesante con la que me apetece seguir en contacto compartiendo y debatiendo ideas, colaborando si está en mi mano en proyectos estimulantes como la coalición de consultores de Julen o el Personal MBA en español de Tochismochis. Espero que Julen y Alfonso disculpen mi escasa colaboración hasta el momento.
Por supuesto, los primeros blogs que se han caído de la lista han sido los A-list: por un lado, no los conozco personalmente y no creo que tengan tiempo de socializar conmigo; por otro, estoy seguro de que cualquier cosas interesante que digan acabará llegándome por otra parte.
Alguno pensará que vaya pieza que estoy hecho, un recién llegado que se quiere aprovechar por todo el morro de los que conoce gracias al blog, vamos, un egoísta de tomo y lomo. Pues sí y no. Esto de socializar, o hacer networking, tiene unas connotaciones bastante negativas en este país, supongo que por los abusos de la cultura del "enchufismo", pero creo que va siendo hora de olvidarnos de algunas de esas ideas. Me parece muy interesante en ese sentido el apartado Prejuicios contra el networking del artículo de Andrés. Para los que se manejen bien en inglés, creo que The Art of Schmoozing de Guy Kawasaki se merece cada segundo dedicado a leerlo con calma.
En fin, resumiendo, he vuelto, he vuelto con las pilas cargadas -creo-, con menos blogs para leer cada día y muchas ganas de dar guerra en los blogs de mis bloglegas -neologísmo que creía acuñado por mí pero que ya cuenta con seis resultados en Google-.
Como ya comenté a la vuelta de mi viaje, en ¿Qué sentido tienen las rutinas?, el regreso a mi día a día fue bastante deprimente, sobre todo por lo inesperado del topetazo con la realidad.
Mi situación actual, disfrutando de un -espero que largo- periodo sabático, ha coincidido en el tiempo con mi incursión en la blogosfera conjugándose ambas circunstancias con dramáticas consecuencias. En poco tiempo pasé de leer a Enrique Dans y para de contar, a tener más de cien blogs en mi blogroll -lista de blogs a los que estoy subscrito-. Se dice pronto, pero leer las entradas diarias en esos blogs más sus correspondientes comentarios -muchas veces mejores que las propias entradas- suponían una cantidad de horas ingente imposible de compatibilizar con una vida normal, suponiendo que la mía pueda calificarse así -lo dudo-.
La sensación de acabar los días con tareas pendientes por no poder mantenerme al día con mis rutinas, entre ellas la lectura de la blogosfera, me resulta ciertamente desasosegante. Compadezco a Mr. Andorra por pasar por lo mismo.
Pepe Cervera hacía referencia en su Defensa del periodismo amateur a la reflexión del cómico Jerry Seinfeld sobre lo muy sorprendente que es que cada día ocurran en el mundo exactamente el número de noticias necesario para llenar un periódico.
Por supuesto, eso no es así, pero hace unos años para mí leer el periódico cada día era una especie de seguridad de estar informado de todo lo relevante que pasaba, sin embargo, cuando entré en la blogosfera fui cayendo atrapado por la tentación de abarcar más y más.
Tengo un problema serio con la información, soy completamente adicto a ella, pero mi mayor problemas es que me interesa todo. Cuando leí la entrada de Albert sobre intentar lidiar con la infoxicación, comentando que el RSS deja de tener sentido cuando hay tanta información y el futuro pasa por los filtros, me di cuenta de que tengo un futuro muy negro. Para mí cualquier información es interesante, me da lo mismo leer sobre el experimento de la doble rendija que sobre cómo conseguir financiación de un Business Angel, mi interés por la información no viene de un propósito de utilización práctica de la misma, sino del simple interés por conocer.
Por eso tengo que recurrir con cierta frecuencia a una genial frase del filósofo inglés Karl Raimund Popper.
Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita.
Supongo que para algunos será una justificación para resignarse a la ignorancia, para mí es una freno a la vanidad que me hace creerme capaz de abarcarlo todo. En ese sentido, me ha venido bien leer el artículo El conocimiento ha muerto, viva las redes sociales de Andrés.
El Capital Humano que hace referencia al valor de lo que conocemos nosotros mismos, va a ir perdiendo peso porque hoy en día nadie es capaz de mantener el ritmo de conocimientos. Sin embargo el Capital Social, que es el conjunto de recursos disponibles para nosotros a través de nuestras redes de contactos personales y profesionales, va a ir adquiriendo una importancia decisiva.
Aunque con ciertos matices, debo reconocer que hay mucho de cierto en esa afirmación. Por eso quizás sea más importante cultivar el aspecto social de mi presencia en la blogosfera que el aspecto de adquisición de conocimiento. Al final, saber de todo, aparte de venir bien para el Trivial y hacerte quedar como un pedante de cuidado de vez en cuando, no sirve más que para ser el más culto del cementerio -no confundir con inteligente-.
Por eso he metido tijera a mi blogroll y me he quedado con los blogs de aquellos con los que he ido generando una cierta confianza a base de intercambio de comentarios, gente interesante con la que me apetece seguir en contacto compartiendo y debatiendo ideas, colaborando si está en mi mano en proyectos estimulantes como la coalición de consultores de Julen o el Personal MBA en español de Tochismochis. Espero que Julen y Alfonso disculpen mi escasa colaboración hasta el momento.
Por supuesto, los primeros blogs que se han caído de la lista han sido los A-list: por un lado, no los conozco personalmente y no creo que tengan tiempo de socializar conmigo; por otro, estoy seguro de que cualquier cosas interesante que digan acabará llegándome por otra parte.
Alguno pensará que vaya pieza que estoy hecho, un recién llegado que se quiere aprovechar por todo el morro de los que conoce gracias al blog, vamos, un egoísta de tomo y lomo. Pues sí y no. Esto de socializar, o hacer networking, tiene unas connotaciones bastante negativas en este país, supongo que por los abusos de la cultura del "enchufismo", pero creo que va siendo hora de olvidarnos de algunas de esas ideas. Me parece muy interesante en ese sentido el apartado Prejuicios contra el networking del artículo de Andrés. Para los que se manejen bien en inglés, creo que The Art of Schmoozing de Guy Kawasaki se merece cada segundo dedicado a leerlo con calma.
En fin, resumiendo, he vuelto, he vuelto con las pilas cargadas -creo-, con menos blogs para leer cada día y muchas ganas de dar guerra en los blogs de mis bloglegas -neologísmo que creía acuñado por mí pero que ya cuenta con seis resultados en Google-.
Etiquetas: artesanía en red, personal
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10 comentarios:
Bienvenido de nuevo, Jaizki. Tranquilo, el tiempo no se acelera porque quieras hacer más cosas en menos tiempo. Es mejor poner límites. Si quieres autocontrol, puedes leer esto.
Por Julen Iturbe-Ormaetxe. Fecha y hora: 10/3/06 22:00
Muchas gracias Julen.
Muy interesante el artículo de Txetxu Barandiarán, algunos de los consejos que da ya los estaba poniendo en práctica y creo que incorporaré algún otro más. Sin embargo, creo que no va a ser nada fácil luchar contra mi adicción a la información.
Por Anónimo. Fecha y hora: 11/3/06 13:53
Yo también estaba dedicando cada día más tiempo, hasta que he tenido que cortar, pues en mi caso es que ni siquiera tengo mucho tiempo: sólo un rato por la noche.
A luchar contra la droga de Internet.
Por CARMEN_R_PURAS. Fecha y hora: 12/3/06 00:51
Gracias por el comentario Carmen.
La verdad es que después de tu entrada links de este blog te hacía a salvo de este vicio.
En cuanto al tiempo, la ventaja de tener poco es que te obliga a regularte, mi situación actual, sin trabajo conocido, es un peligro. Algún día creo haber dedicado una jornada laboral completa a leer blogs.
De todas formas, creo que no hay que demonizar al medio. Internet nos da acceso a toda la información del mundo, el problema es de autorregulación por nuestra parte. Somos comos los niños con la comida, cuando nos gusta algo no paramos hasta que nos empachamos.
Por Anónimo. Fecha y hora: 12/3/06 18:18
Lo que me resulta curios es que al final todos leemos más o menos los mismos blogs.
En mi blogroll (unos 15) figuran también CuriosoPeroInutil y Guy Kawasaki.
En el fondo te creas la lista a partir de lo que ves en lo que otros han comentado porque los visitas (si te ha gustado el comentario) y mirás a ver qué más cosas lee.
También observas que los temas se van difundiendo y van pasando de blog en blog y por tanto, como dices, te acabarán llegando aunque no te leas a todos los A-list.
Por Anónimo. Fecha y hora: 13/3/06 10:57
Enrique, gracias por comentar.
Lo que dices es absolutamente cierto, el blogroll va creciendo a partir de lo que leen aquellos a los que lees. Si te gusta ir a sus fuentes, acabas desbordado.
Lo que tendría más sentido es dividirse el trabajo de leer los blogs, yo me leo diez, tu otros díez, y yo te aviso de cuales de los que he leído merecen la pena.
Como eso es complicado, un sistema de valoración social -sé qué artículos han votado como buenos aquellos que me parecen un referente- sería la opción tecnológicamente más interesante. Consultor Anónimo ya lo apuntaba en los comentarios del Success for the Succesful... bloggers.
Por Anónimo. Fecha y hora: 13/3/06 13:56
jaizki, creo que has dado un idea estupenda. Dividirnos el trabajo de la lectura de blogs. Yo tengo un amigo que trabajaba en una multinacional en un grupo de unos cuarenta personas repartidas por todo el mundo y divididas en 3 niveles, el dedicaba 7 horas de su jornada laboral a leer y 1 a resumir lo leido que mandaba al niviel superior, el segundo nivel hacia lo mismo se dedicaba 7 horas a leer los estractos y 1 a escribir, arriba en el nivel superior había un premio nobel, al que le llegaba la información super condensada.
Por bloger en prácticas. Fecha y hora: 15/3/06 09:55
Gracias por comentar bloger en prácticas.
No tenía ni idea de que hubiera gente trabajando en algo así, pero me parece una idea excelente. Si alcanzo la independencia financiera es posible que me pague una estructura así para multiplicar mi tiempo.
Por supuesto, el esquema para el mundo blogger debería ser algo P2P. Donde todos leen y condensan, y el resultado llega a todos.
Lo que no veo es como llevarlo a la práctica, cada uno tenemos intereses muy diversos y podemos no valorar en absoluto lo que para otros puede ser fundamental, además, para resumir bien hacen falta conocimientos sobre el tema y cierta habilidad que no todo el mundo tiene.
Quizás acotando las lecturas por área de experiencia se podría solucionar el primer requisito, pero no lo sé. En cualquier caso, soy todo oídos si se te ocurre algo.
De momento, me parece más fácil la otra vía que comentaba, un sistema de valoración social con ponderación según la confianza que te aporta cada fuente.
Por Anónimo. Fecha y hora: 15/3/06 12:57
Has dado en el blanco. Me identifico totalmente contigo. Esto de la blogosfera es un monstruo que te puede atrapar y más si tu tiempo es flexible.
En cuanto a lo de crear estructuras, modelos, sistemas para maximizar el resultado (en este caso ¿recopilar de conocimiento/información?)creo que puede llegar a se otro monstruo que desvirtue el objetivo. Muchas veces de aprende más invirtiendo una hora en conversar (y más bien poco) con un desconocido que leyendo toda la wikipedia. Yo apuesto por dejarse llevar por tu intuición.
Por Nice Lazpita. Fecha y hora: 20/3/06 11:14
Gracias por comentar, Nice.
En realidad no es la blogosfera la que nos atrapa, somos nosotros los que nos echamos en sus brazos. El problema está en nosotros. Creo que como en toda tecnología nueva, no hemos aprendido todavía a tratar con ella, nos falta cultura sobre como usarla. Algo que si tenemos con todas las cosas que hemos heredado de generaciones anteriores.
Comparto tu idea sobre lo mucho que se puede aprender hablando con otros -más cuanto más diferentes de uno mismo- pero no lo veo incompatible con buscar una forma de separar el grano de la paja en la blogosfera. Por supuesto, el tiempo que nos ahorremos podremos dedicarlo a seguir nuestra intuición buscando nuevas fuentes sobre aquello que nos interese.
Por Anónimo. Fecha y hora: 20/3/06 11:58
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